Timbre
Hace tiempo dejé de atender el portero cuando suena un timbre imprevisto. La decisión se afianzó con la pandemia, durante la cual nadie debe visitarme, pero había sido tomada mucho antes. ¿Por qué tendría que atender? ¿Impone el timbre una obligación reactiva? ¿Suprime ese acto de apretar el lugar específico, la voluntad de indisponibilidad del habitante? Hubo un tiempo en el que todo lo que podía anoticiarse era peligroso; toda promesa de novedad era amenazante. Algo de ese sentimiento se adaptó y trascendió aquel momento. Hoy cada llamado o cada visita debe haber sido planificada. Aparte, vivo en la ciudad; … Continúa leyendo Timbre