Honorio al ochocientos

Hace exactamente once años, alrededor del mediodía, estaba sentado frente a la computadora escuchando con auriculares el disco Kamikaze, y estudiando el significado del ojo de Horus que quería tatuarme esa tarde, antes de la fiesta que organizaban en el taller. Era viernes y había poco trabajo. Diego, mi jefe, me tocó el hombro y señaló el teléfono. Me saqué los auriculares y atendí. Era Pablo, el recepcionista, para avisarme que me mi papá estaba abajo. —¿Mi viejo? —le pregunté. —Sí, Maurito. ¿Bajás? Mi papá nunca me iba a buscar al trabajo, y menos al mediodía. Mientras bajaba la escalera … Continúa leyendo Honorio al ochocientos